De mi empresa siempre hablaré rotundamente
Cuando vi el vallé Amblés por primera vez se me cortaron las palabras. La transparencia del aire, la diafanidad del paisaje, el verde por debajo y arriba el azul limpísimo del cielo y la línea de las montañas como recortadas a mano, fueron un espectáculo. Aquí es donde quiero vivir, me dije, o dije en voz alta, ya no recuerdo. Tuve la inmensa suerte y alegría de lograrlo. Pero me faltaba más; yo quería entregar a la ciudad un producto salido de mis manos, ¿pero qué? Qué puedes entregar a una ciudad con una historia de siglos, donde han estado reyes, cardenales, escritores, pintores, judíos, cristianos…, donde los palacios cuentan por sí solos la historia y encienden la imaginación más exigente. ¿Qué literatura puede escribirse y que la ciudad acoja agradecida? Y en tiempos de crisis, ¿qué hacer si solo cuentas con tu esfuerzo y tus inmensos deseos de entrega?
Surgió la idea. Tarde o temprano aparece: fundar una editorial que centre su mirada en la ciudad, que la sirva dignamente y la dinamice en el tiempo y el espacio de eso que llaman comunicación 2.0. Manos a la obra: proyecto hecho, sello y marcas registrados, inscripciones y formalizaciones terminadas, selección de títulos a publicar y campaña promocional donde, como y cuando deba hacerse, sin descanso, sin escatimar esfuerzos, con la energía a la altura de los deseos y la voluntad, que Ávila “bien vale una misa”. ¿Crisis? Sí, ¿y qué? ¿Para cuándo lo voy a dejar, para cuando todo haya pasado? ¿Empezar cuando no haga ya demasiada falta? El momento es aquí y ahora: que los lectores reciban con interés y curiosidad cada título salido de Caldeandrín Ediciones; que los amantes del libro antiguo, raro y curioso sientan la necesidad de visitar un espacio pensado y diseñado para ellos en el Pasaje de Reyes Católicos, que los bibliómanos, blibliófilos y hasta bibliópatas sepan que Caldeandrín Anticuaria está a su disposición. Que la ciudad acepte una editorial nacida de la perseverancia, el esfuerzo y la rotunda voluntad de permanecer entre sus palacios, sus torres y su muralla.
![]() |
Diario de Ávila, 22 de julio de 2011 |
Surgió la idea. Tarde o temprano aparece: fundar una editorial que centre su mirada en la ciudad, que la sirva dignamente y la dinamice en el tiempo y el espacio de eso que llaman comunicación 2.0. Manos a la obra: proyecto hecho, sello y marcas registrados, inscripciones y formalizaciones terminadas, selección de títulos a publicar y campaña promocional donde, como y cuando deba hacerse, sin descanso, sin escatimar esfuerzos, con la energía a la altura de los deseos y la voluntad, que Ávila “bien vale una misa”. ¿Crisis? Sí, ¿y qué? ¿Para cuándo lo voy a dejar, para cuando todo haya pasado? ¿Empezar cuando no haga ya demasiada falta? El momento es aquí y ahora: que los lectores reciban con interés y curiosidad cada título salido de Caldeandrín Ediciones; que los amantes del libro antiguo, raro y curioso sientan la necesidad de visitar un espacio pensado y diseñado para ellos en el Pasaje de Reyes Católicos, que los bibliómanos, blibliófilos y hasta bibliópatas sepan que Caldeandrín Anticuaria está a su disposición. Que la ciudad acepte una editorial nacida de la perseverancia, el esfuerzo y la rotunda voluntad de permanecer entre sus palacios, sus torres y su muralla.