Una goleada «tan alta como un ciprés»
Fue
como esos partidos de futbol con un equipo de segunda división enfrentado al
Real Madrid, pero sin sorteo. Fue como enterarse de que jugaríamos contra el
Real Madrid al saltar al terreno del Adolfo Suárez. Y con once titulares en el
equipo; yo, en la portería, pero segurísima de que no me colarían un gol.
Anoche,
en el auditorio de Los Serrano, que atentamente organizó un acto admirable, las
expectativas fueron desbordadas por un público que colmó la sala, que no
contuvo sus emociones –en casi todas las presentaciones en las que suelo estar
aplaudir en público parece un pecado– ¡y que compró el libro! Porque hay que
decir que la costumbre de regalar libros ha hecho mucho daño a la iniciativa
privada. ¿Cómo puede ser que se regale lo que ha costado dinero? Mejor dejo
este tema para después, no voy a empañar este post con disertaciones de esa
naturaleza. Aquí se iban con uno, con dos y hasta con cuatro ejemplares, muchos
buscando a las autoras (complicada empresa cuando hay que multiplicar por
nueve) para que se los firmaran.
Desde
el lunes se estaba promocionando un libro sin el libro. Muy parecido a los
rumores, tantas veces infundados, que se dejan correr en los vestuarios, en las
ruedas de prensa y donde buenamente pueda «radio Bemba», como decimos en Cuba.
¡Con qué aplomo hablaron las autoras de un libro que conocieron un par de horas
antes de su presentación! Vaya, como si habláramos de una manita al Real Madrid
antes de que el árbitro principal sonara el silbato.
Cuando
ellas, las autoras, me convocaron sabía que mi responsabilidad iba a ser
grande. No es lo mismo vérselas con un solo autor, editar un texto, que lo lea,
corregir, «negociar» esas correcciones…, que con nueve. Y había que andar
rápido porque queríamos que apareciera para la Navidad.
Total,
que para mí fue un libro más, cuidado hasta en los detalles, pensado como lo
que es, un producto cuyo acabado guste por su forma y por su contenido. Mucho
aportó Juan Antonio Piedrahita al concebir una bella acuarela en la que unas
mariposas púrpuras alzan el vuelo y la textura y el color y el ritmo y el
movimiento y los trazos…, todo hace que la vista recorra la cubierta de abajo
arriba, hasta toparse con el título en el que un adjetivo sugiere altura de la
que quieran, física, moral, espiritual… Y de ahí a las nueve historias, pasando
por la introducción de Socorro Hernández y las palabras a «manera de prólogo»
de Lola López Contreras.
Se van
a quedar en la memoria de estas autoras, de esta editora y de cuantos estuvieron
anoche en Los Serrano las anécdotas tal y como se cuentan después en el pueblo
aquello de «¿Te acuerdas cuando vino el Real Madrid y le hicimos goles a
Ronaldo y a Íker Casillas?»
La
edición está a punto de agotarse a las 24 horas. Las autoras no sabían lo que
les esperaba. Han colado gol tras gol y esta mañana me llega ese gesto feliz
del ganador: enseñar una mano abierta con la palma hacia fuera. Nunca me he
sentido tan bien trabajando por amor al arte. Esta vez no es una frase: todo lo
que se recaude con la venta de este libro será donado para seguir investigando.
Nadie quiere beneficios económicos. Es nuestra mejor manera de demostrar que el amor a la vida
está por encima de ese papel que se llama dinero.